Estaban siendo entrevistados por una alumna de periodismo de Columbia y al sentir mi curiosidad me invitaron a acercarme. Michael y Michelle. Tenían montado un pequeño chiringuito con una bandera estadounidense como mantel y una gruesa carpeta. Dentro de la carpeta guardaban postales, listones, palomas de origami, bolsas de sándwich, dibujos y demás objetos que la gente le obsequió a Michael por su labor después de los atentados.